Wonder Woman por Tom Monroe. Temporada 2, Episodio 5.


Episodio 5: VERDAD.



Llegados a este momento de la historia, quizás lo mejor será hacer una pausa en la acción y volver la mirada hacia el interior de los protagonistas. Nos encontramos así, con algunos corazones que en el medio de la crisis buscan la verdad de lo que creen y sienten. En un mundo amenazado por la destrucción y en el que parece haberse perdido el control, algunos sin embargo, no renuncian al camino correcto para la restauración; por eso, se niegan a que la desesperación los ciegue a tal punto que echen mano a cualquier medio, aún a los más injustos.

En el primer cuadro aparece Artemisa, que acaba de llegar a la Isla y camina apresurada por los corredores del Palacio. Las lámparas de aceite proyectan su sombra veloz en las paredes de mármol sólido. Hipólita se queda de una pieza cuando descubre las heridas que lleva y que apenas comienzan a cicatrizar. 

-No se preocupe Reina nuestra, las que llevo por dentro son más graves- le interrumpe la amazona antes que la soberana pueda preguntar por lo ocurrido. -Ahora- continúa Artemisa- no tenemos tiempo de muchas explicaciones porque Diana se encuentra en un peligro mortal-. La Reina deja dos rollos que tiene en la mano y hace señas a las amazonas que se encuentran en el lugar para que se retiren.

Cuando Steve abre los ojos y se encuentra con el rostro de Diana, le parece que se encuentra frente a una escena que ya ha vivido. Un pequeño flashback de cuando su avión se estrelló en las aguas de la Isla le da la seguridad de conocer a Diana de antes de lo que pensaba. La amazona lo ayuda a sentarse y pese al estado en que se encuentra intenta hablar:

-Ahora sé que aquella vez que entraste a mi casa con Mark no era la primera vez que te veía.
Diana sabe perfectamente de lo que se trata, aunque no está segura cuánto recuerde: -¿A qué te refieres?- le pregunta calma, porque ahora lo único que le importa es que él ha regresado.

-De algún modo y en algún lugar ya me salvaste, esta no es la primera vez- le responde Steve con la boca seca y herida mientras le lanza una mirada suplicante.

Ella se queda viéndolo por un momento sin decir una palabra, pero después responde: -Tienes razón. Pero no es el momento de hablar de ello. Ahora tenemos una situación que resolver- . Y Mientras examina los daños comienza a explicarle lo sucedido.

Etta intenta encontrar en la pantalla de un ordenador la fuente de energía que se supone Diana tiene que proyectar, cuando se que estupefacta viendo a Lyndsay que entra a su oficina. Sin permiso, sin saludos, sin formalismo alguno, la esposa de Trevor cierra tras sí la puerta e intempestivamente comienza a pedir interpretaciones.

-Nadie quiere explicarme con detalles lo que ha sucedido, pero yo sé que mi esposo está con ella y necesito saber dónde y porqué- le lanza tranquila pero dolida.

-No es lo que se imagina Sra.-

-No necesito imaginarme nada, sea cual sea la situación, es una constante que ellos terminan juntos- Etta se acomoda en una silla frente a Sidney y la invita a tomar asiento.

-Sra. Trevor, siempre la he admirado por su sentido común, por eso ahora no puedo entender que no sea comprensiva con todo lo que está ocurriendo. No se trata de buscar culpables.  

-Se equivoca,  en estas cuestiones alguien siempre tiene más culpa, es completamente falso pensar que el fracaso viene igualmente por ambos lados. ¡Él me usa, una y otra vez me usa!-

-Y usted se deja usar- le responde Etta sin dejarla continuar. 

En el puerto de Themischira se contempla una escena que no se repetía desde hacía siglos. Las amazonas se aprontan en sus barcos para volver al mundo exterior después que huyeran del mismo hace 3000 años. Embarcaciones a vela y remo, no muy grandes, son arregladas y puestas a punto por un grupo de mujeres que se mueven sabiendo muy bien lo que hacen. En la proa de la principal Artemisa conversa con la Reina. 

-Me he equivocado, todas nos hemos equivocado. Usted por saltear a Diana en la elección, yo por aceptar la misión y el resto por apoyar sin decir nada. Lo cierto es que sabíamos sin dudas que la más capacitada para esto era su hija, y unos por una razón y otros por otra elegimos mal y ahora tenemos que cargar con las consecuencias- Concluye Artemisa mientras la embarcación abandona el puerto cuando las velas se hinchan por el viento.

-Si Diana es la única opción entonces yo he hecho mal mi trabajo. No es posible que no haya ninguna amazona que pueda ocupar su cargo. En todo caso nos hemos equivocado contigo- le responde la Reina con una mirada dura y poco compasiva.

Lyndsay apoya su cartera en el escritorio de Etta y casi sin respirar le lanza:

-Mucho antes de que Diana llegara Steve ya me buscaba, y yo, que no estaba segura de sus sentimientos siempre me negaba. Cuando por fin lo acepto, aparece esta supermujer y lo cambia todo. Entonces decido dejarlo libre para que siga su camino. La dama desaparece y él vuelve a mendigar consuelo en mis brazos, cosa que, naturalmente rechazo. Después de dos meses de negativa me convence con un argumento irrefutable: “Diana ya no está y yo puedo quererte como antes”. Ella no estaba, ¡no estaba!- grita furiosa- ¿Qué se suponía, que Steve no siguiera adelante? ¡Pues no, no me dejé usar! , siempre me moví por lo más conveniente para todos.

-Al igual que los demás- le responde Etta con lógica innegable.

Con la inundación a las rodillas y unas pocas luces de emergencia Diana y Steve caminan por la nave que es arrastrada por la corriente a metros del lecho marino. Afuera, en las aguas oscuras y frías, cientos de tiburones nadan a su alrededor llegando incluso a golpear el metal del submarino que va a la deriva. Steve todavía convaleciente sigue a Diana que inspecciona una puerta que se supone hermética.

-No vamos a salir de esta, no debiste quedarte- le dice él mientras le acomoda el cabello cuando ella tantea en busca de la entrada de agua. Diana no le contesta y continúa con su tarea aparentemente sin perder la calma, hasta que encuentra por debajo de la superficie un borde de la escotilla doblado. Con su mano presiona y endereza el grueso material. Después cuando la palma de Steve llega a su hombro, entonces entiende en plenitud porqué se ha quedado. Sabe que ella puede no respirar hasta la superficie, sabe también que a pesar de los tiburones se las arreglaría para llegar; pero igualmente entiende que lo haría sin él. Steve quedaría irremediablemente atrás, ahogado y despedazado, y eso no puede aceptarlo. Se vuelve entonces hacia él y mientras gruesas lágrimas se escapan de sus hermosos ojos, le acaricia el rostro. 

-No puedo…, ya no se trata si debí hacerlo, sencillamente no puedo abandonarte- le confiesa la princesa casi desahuciada. 

No termina de pronunciar las últimas palabras cuando una brecha  se abre en las paredes de la nave dejando entrar con fuerza más agua. Diana se vuelve sobre Steve que le toma el rostro con las dos manos la calma y la besa serena y amorosamente. 

Los últimos acontecimientos han hecho mella en la memoria del Coronel, y una especie de coraza interior parece ceder para liberar reminiscencias encerradas. Por eso, cuando aparta su rostro del de Diana sus ojos parpadean inusuales, y entonces, de un solo golpe, los recuerdos del pasado, el avión, la Isla y las amazonas se restablecen intactos. 

-¡Ángel!...


Créditos
Próximo Episodio: ENCUENTRO.



En este ENLACE pueden encontrar la sexta parte de esta historia.
Nos Vemos Pronto.

1 comentario:

  1. por favor me podrian ayudar? realmente deseo desesperadamente ver las temp 2 y 3 de la mujar maravilla la serie de los años 70 en latino, por favor podrian ayudarme a encontrarlo para descargarlo, no tiene nada que ver con el blog de comics, pero si podrian ayudarme se los agradeceria bastante.

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