Episodio 10: SOLA.
El enorme Parque Nacional ciertamente es bello en todo momento, sin embargo en esta época del año lo es especialmente. La agradable temperatura del mediodía que deja disfrutar plenamente del sol sin que resulte molesto y la ausencia de viento, hacen ver el conjunto como una pintura que ha sido cuidadosamente confeccionada. Diana piensa precisamente en los bosques de su Isla cuando el vehículo militar que la traslada atraviesa entre los caminos que apenas simulan un sendero. En los asientos delanteros Steve y otro oficial se comunican por radio con la Base avisando que han llegado a la zona señalada. Todos los integrantes se bajan cuando detrás de ellos llega otro transporte con los más especializados hombres para la tarea. Después que la Mujer Maravilla quedó viendo cómo se llevaban a Andros sin que nada pudiera hacer, recogió al hombre que había arrojado en la ruta y lo interrogó con su lazo: el nuevo paradero de los sckrells era un misterio y el prisionero había estado en él, por eso, a pesar de que todavía se encontraba bajo control, no pudo resistir a la fuerza que por dentro lo obliga a hablar. La espesura de los bosques encubría la guarida de los visitantes que trazaban una nueva estrategia.
-¡Ahora seguiremos nosotros Coronel!- expresa con voz firme el jefe del grupo que se dispone a adentrarse en la espesura.- Desde acá usted se encargará de coordinar los cincuenta equipos que en estos momentos se preparan para el embate.
Cuando la fuerza del comandante Gerard desaparece en la floresta, Diana se acerca a Steve y le comparte su inquietud:
-Debería ir con ellos Steve, no me convenzo que los sckrells se dejen prender tan fácilmente.
-Tienes razón, no cierra la forma en que parecen rendirse-Contesta Steve mientras se queda mirando fijo el lugar por donde han desparecido sus hombres.
A años luz de la Tierra, el Consejo de algunas galaxias observa en una imagen que viaja por el espacio, los rostros de Steve y Diana:
-Es la primera vez que los sckrells se encuentran con una raza que crea anticuerpos- Comenta un miembro del Consejo que voltea de la señal y comparte con el resto de los presentes. -Criaturas como esa extraordinaria mujer enriquecen realmente el Universo; pero si los sckrells logran escapar, esta vez no habrá contemplación para nadie: ¡El Planeta entero será esterilizado!
Títulos
La cueva donde se alojan los sckrells pertenecía a osos que encontraban refugio en la época invernal. Ahora apenas remodelada en lo exterior, se extiende novedosamente varios metros bajo tierra. Criaturas al servicio de los aliens, han cavado en la roca viva hasta construir un buen número de túneles que conducen a la cámara central. El doctor Cyber seguido de dos sckrells que custodian a Andros se dirige hacia un recinto de cristal que luego de recibir la señal adecuada se abre y deja escuchar un sonido gutural que llega del fondo.
-¡El Sardok!- musita Andros con un gesto de preocupación.
A poca distancia de la entrada de la cueva, los hombres de los comandos especiales se acercan silenciosamente en medio de la vegetación que se ha vuelto más espesa. Diana y Steve reciben las diferentes comunicaciones donde les avisan que están próximos al objetivo. Etta, por su lado, en la seguridad de la base, sigue el trayecto de la emboscada en la imagen que toma del satélite; pronto se inquieta por una figura que se desliza a una velocidad inusual en la pantalla.
-Steve, algo no anda bien- Advierte Etta.
-¿A qué te refieres?- pregunta el Coronel.
-Algo se escurre por la floresta a demasiada velocidad.
- ¿Algún vehículo?- Pregunta Steve.
-Cierta máquina es lo que se identifica en la pantalla: algún dispositivo electrónico-energético, pero lo extraño es que de su interior aflora calor orgánico…como si estuviera viva.
El general Blanchestein deja entrar en su oficina a Lyndsay que ha pedido una reunión urgente con él. Cuando ella entra, le hace saber lo ocupado que se encuentra y que sólo ha accedido por la información de la filtración en la base que dice tener. Lyndsay Trevor sabe también el tiempo con el que ella cuenta por eso no tarda en lanzar la pequeña saetilla que atraviesa la piel del General que comienza a ser controlado por un sckrells a kilómetros de distancia.
Los soldados en el medio del bosque intentan detectar la sombra que se mueve a su alrededor, y se encuentran con una extraña figura que salta desde el follaje hasta el claro. A simple vista parece un robot de proporciones grandes y terminaciones agresivas; sin embargo en los pocos segundos que transcurren antes del desastre, se alcanza a ver cierto destello en la mirada que parece señalar vida en su interior.
El general Blanchestein ordena a Steve que vuelva a la zona cuatro y deje a la teniente Prince en la cinco hasta nueva información. Steve se resiste frente a algo que le parece descabellado; sin embargo, la insistencia del general lo obliga a reconsiderar. Etta, que ha sido testigo de todo, comienza a pensar que algo no anda bien.
Diana no permanece sola mucho tiempo, a minutos de la partida de Steve, llega desesperado uno de los hombres que había ingresado en el bosque. A duras penas logra llegar hasta Diana antes de desplomarse en el suelo. A punto de perder el conocimiento murmura: “todos están muriendo”, y suelta la tela que tapa su brazo para dejar expuesto su muñeca sangrante con la mano exactamente cercenada.
-Algo está ocurriendo general- responde Diana ante la llamada del General.
-Ingrese en la floresta y averigüe oficial Prince.
-¿Sola?- pregunta Diana.
-¡Es una orden responde!- indica el General ante la mirada de Etta que ya no tiene dudas de que está controlado.
El atardecer se extiende sobre el inmenso Parque Nacional, el frio empieza a sentirse y Diana le lanza una mirada antes de ingresar. Sabe que va hacia una trampa, porque nunca la hubieran mandado sola en una situación controlada. Por eso ha preguntado al general: no porque tenga miedo, sino para confirmar que la esperan.
La descarga de luz que sigue al giro de la amazona se confunde con los últimos rayos de sol; los mismos rayos que después se reflejan sobre su armadura, su lazo, y sobre todo su tiara, antes de que éstos se pierdan en la oscuridad de la noche.
Cuando Steve llega a la zona la encuentra totalmente destrozada y no acaba de bajar del vehículo cuando Circe se hace presente.
-Tanto tiempo Coronel-
-Dime Helena, ¿Qué esperas conseguir si los sckrells triunfan y se llevan un buen número de los nuestros?, ¿Acaso te irás con ellos?- Pregunta Steve mientras se mantiene a cierta distancia.
-No lo entiendes Steve. Las armas con las que me quedo, serán suficientes para controlar los países que necesito.
-¡Que esperanza sin sentido puede apoderarse del ser humano, cuando permite que la ambición lo controle!- Agrega Steve
Un flashback en Helena Circe le trae a la memoria el día que pierde, por su condición de mujer, la elección frente al Coronel Trevor. Las ácidas palabras de Steve le vuelven a sonar fuertemente, entonces pierde su mirada fría y con odio apunta hacia él.
Steve saca su arma y Helena dispara su flujo potente que eleva a Steve varios metros. Para entonces un flashback llega ahora a la memoria del coronel, y en él escucha a Andros que le habla de la naturaleza de la energía que Helena ha recibido de los visitantes: “Sólo tiene efecto en un campo bien limitado”. En el aire, a pesar de la oscuridad de la noche, apunta fuera del espectro de Helena, hacia el vehículo blindado que se encuentra detrás de ella, así los proyectiles que en el metal impactan, rebotan hacia la espalda descubierta de Circe que cae al suelo bruscamente.
La Mujer Maravilla camina por el Parque que sólo se ilumina por la luna. Sus botas rojas pisan las hojas secas que crujen rompiendo el silencio de la noche. Los ojos de Diana brillan en la oscuridad y su mirada de cazadora descubre unos lobos que la asechan. Cuando les salen al encuentro los haya más grande aún que los de su Isla, pero cuando estos se acercan el simple latigazo de su lazo alcanza a tres al mismo tiempo que huyen entre los árboles. Sólo uno se queda para hacerle frente y cuando la embiste ella salta hacia la copa de un árbol: Ahora no quiere enfrentarlo, sabe que si les sigue el rastro la conducirá hacia aquellos que los controlan.
En la base la pérdida gradual de las comunicaciones ha dejado a todos confundidos, menos a Etta, que ha seguido a Lyndsay hacia las dependencias de los familiares. Cuando el teléfono le suena la conversación se escucha claro y por ello resulta impactante: Aparentemente Circe se recupera de una herida, y Diana va camino hacia una emboscada.
La caverna amplia y oscura no es un impedimento para Diana, su oído la guía hacia la cámara central en medio del laberinto de túneles. Cuando choca con una puerta de hierro escucha la voz de Andros que discute con alguien que está a punto de partir. Las puertas ceden ante la patada de la amazona que queda expuesta en una sala llena de sckrells que rodean a Andros y al doctor Cyber.
-¿Se marchan sin despedirse?-lanza la Mujer Maravilla con toda la rabia en su rostro.
-¡Princesa!-exclama Andros.
El doctor Cybor sonríe y abre la compuerta de vidrio de la que surge el Sardok bajo órdenes precisas.
Créditos
Próximo Episodio: COMBATE.