-Se desesperan-comenta Andros en la sala donde proyectan imágenes de los skrells abandonando los refugios acuáticos-¡Jamás pensé en que el sistema inmune del hombre pudiera tener semejante respuesta!
El resto de los militares contempla la evacuación y el gesto del general Blanchestein revela cierta satisfacción de revancha. En efecto, él es uno de los tantos que se ha sobrepuesto a la inoculación de los skrells. La especie parásito ni nadie, contaba con la respuesta inmunológica del organismo humano: en cuestión de algunas semanas anticuerpos producidos contra el agente venenoso, han permitido que los infectados recuperen el control de su organismo. Con ello, la lejanía de las cuevas submarinas dificulta aún más la dirección de los que quedan bajo su poder. Por eso, lentamente los alienígenas abandonan sus refugios en busca de otros más próximos que les permita retomar el seguimiento.
Cuando la proyección acaba, y ante la avalancha de preguntas, Andros simplemente responde:
-No podemos saber a dónde se dirigen. Están acostumbrados a estudiar el planeta por años antes de una invasión, por eso habían recurrido a las cavernas submarinas, tan impenetrables para nosotros. Esto es algo nuevo para ellos, por eso, cualquier decisión puede ocurrir.
Steve mira a Diana que se encuentra en el otro extremo de la sala y se adelanta a las siguientes preguntas:
-Lo importante es que ahora contamos con un suero y con un análisis rápido de diagnóstico, un análisis que se está haciendo a todo el que entra o sale de la Base; de modo que es imposible albergar contagiados en los centros de operaciones.
La imagen de Steve hablando llega en eso instantes a otra pantalla donde Circe y el Dr. Cyber son ahora los que observan:
-¡Ay… querido Steve!, en estos instantes, uno de nosotros te está grabando dentro de la seguridad de tus muros de piedra.
Títulos
Diana se apronta para salir de su oficina cuando Lyndsay Trevor irrumpe en ella:
-Ha pasado mucho tiempo desde la última vez- comenta sarcástica.
-No hemos tenido muchos encuentros-contesta Diana visiblemente incómoda mientras sigue acomodando los papeles dentro de su maletín.
-La primera vez que te vi supe que me encontraba ante una persona noble, y mira que sé reconocer a la gente- agrega Lyndsay, tranquila como de costumbre, para hacer luego una pausa prolonga y suplicar: -Vengo a pedirte que dejes en paz a mi marido- le suelta ahora con el mismo tono de voz.
Diana es capaz de sobreponerse a muchas cosas, pero siempre la fuerza le viene de su convicción de verdad. Ahora la acusación que le hacen tiene su legitimidad, por eso se siente culpable y no puede responder con la naturalidad que acostumbra. Se encuentra en falta frente a un ataque que recibe y sólo puede contestar: -No deberías estar aquí Lyndsay, es peligroso.
-¡Lo que digo!.., tu conciencia nubla tu juicio, por eso no piensas con claridad. Estoy aquí precisamente porque es ahora uno de los lugares más seguros del planeta, y Steve no quiere que corra ningún riesgo,… más ahora… que estoy esperando un hijo suyo.
Ya es imposible para Diana controlar su rostro frente a Lyndsay, por eso sale huyendo de la oficina sintiéndose la más cobarde de las amazonas.
Mark Jason junto a Andros rearman en un hangar secreto el avión invisible de Diana. Junto a la dirección de Andros el ingeniero le agrega tecnología extraterrestre. Steve llega al lugar y les dice que apuren la ejecución porque va a comenzar el control de toda la base; unos instantes después llega Diana, que se muestra distante con Trevor que la aborda preguntándole si le pasa algo, a lo que ella responde negativamente e inmediatamente le pregunta por qué está Lyndsay en la base. Steve, después de un silencio prolongado le revela que los familiares de las cabezas de la operación han sido trasladados todos hasta aquí para evitar secuestros extorsivos, ahora que comienza la ofensiva contra los skrells. Diana no pregunta más y se sube a su avión y comienza a escuchar las instrucciones de Andros.
Etta sigue por detrás al General Blanchestein en su recorrido por las diferentes dependencias para impartir las instrucciones de sellado de la Base. Al llegar a la sala de informática, una puerta se abre frente al iris del General, e ingresan a una sala de gran complejidad donde el personal se mueve como hormigas concentradas en su trabajo. Una joven se acerca a ellos y le entrega el informe:
-Faltan sólo unos hangares del sector oeste, y podremos confirmar el libre de contaminación de la Base, General. Ocho países más han informado que se encuentran también en el nivel cero-agrega la muchacha mientras Etta le firma unos papeles.
-Para el atardecer la base debe estar completamente aislada- piensa en voz alta el General mientras deposita los papeles en la mesa que tiene en frente.
Un oficial se dirige hacia Etta que ingresa en esos momentos en la zona informática de seguridad; ella se sorprende cuando el individuo no coloca su identificación en la apertura y echa una mirada rápida a su alrededor. No alcanza a avisar a los guardias cuando el sujeto le dispara sobre el pecho y la hace caer súbditamente mientras su uniforme se tiñe de sangre. El General reacciona a tiempo y le dispara antes que pueda darle a él también y luego exclama: -¡¿Pero que está sucediendo?! No puede haber entrado nadie contaminado.
La señal de alerta suena en todos los lugares y el plan B se pone en marcha: no es éste el único lugar que se ha descontaminado, otros distritos de la zona se han esterilizado para albergar personal en caso de evacuación. Ahora se trata de sacar a los dirigentes para llevarlos a formar una nueva célula; naturalmente, Andros ocupa el primer lugar.
-Por favor Andros, por aquí, acompáñenos- le indica un hombre que le sale al encuentro y que dirige un cuerpo de elite que se encarga de los traslados.
-¿Qué ha ocurrido?-pregunta Steve detrás de Andros. El oficial le comunica lo de la filtración y entonces Steve va en busca de Diana que está ocultando el avión con Mark. Al llegar le cuenta lo sucedido y le pide que se haga cargo de Andros que él va a ver cómo está su familia. Diana corre por los pasillos de la base y se cruza con militares que van y vienen siguiendo las instrucciones. Cuando sale afuera, observa que Andros se sube a una camioneta de seguridad y le grita que esperen.
El jefe de la comitiva le dice que no tienen autorización para que ella suba y Andros le contesta que si ella no viene el se baja. En esos momentos, y antes de que Andros termine de hablar, uno de los hombres le clava una pequeña saetilla en el cuello y lo paraliza instantáneamente mientras otros dos le disparan a Diana que cae en el suelo.
Steve llega a las dependencias de los familiares y se encuentra con que las puertas han sido bloqueadas.
-Lo siento Coronel, no puede pasar, se ha corroborado la esterilidad de esta zona y ha sido sellada-le informa el oficial de guardia mientras le muestra por un pequeño vidrio a toda su familia. Steve respira tranquilo porque están juntos y a salvo.
Diana se incorpora mientras la camioneta con Andros se aleja, corre a ubicarse entre dos vehículos y después de comprobar que nadie la observa comienza a girar rápidamente. El estallido de luz da paso a la Mujer Maravilla que salta por encima de los coches hasta llegar al techo del hangar. Desde allí observa a los fugitivos y se lanza para empezar la persecución.
La Van con Andros alcanza los ciento ochenta kilómetros por hora en una ruta casi desierta que sale de la Base. El conductor observa por el espejo retrovisor que una figura lo sigue pegada a la parte trasera y luego comienza a sentir la dureza del vehículo que se frena gradualmente en medio de un chirrido de neumáticos. Ya es tarde para los hombres armados que se disponen a salir, la amazona ha arrancado una puerta y después de tomar a uno por el cuello lo ha arrojado a metros de la carretera. Los restantes disparan inútilmente: las balas se desintegran en estallidos plateados antes de tocar el cuerpo de Diana. Sin embargo, la eficaz ofensiva se ve interrumpida cuando un rayo ensordecedor cae en el asfalto y luego aparece Circe que se acerca. Diana suelta a Andros que se encuentra desmayado y se encamina hacia quien bien conoce.
-Era hora- le dice Helena con la misma frialdad de siempre.
Diana no responde y lanza el lazo que saca de su cintura en fracción de segundos; pero la cuerda dorada no llega al blanco sino que aborta su trayecto al chocar con una energía apenas visible.
Helena Circe levanta su mano de la que sale una efusión de luz violeta que impacta en los brazaletes de la amazona para luego arrastrarla hasta incrustarla en un árbol. El segundo disparo no la alcanza porque ya recuperada la amazona lo esquiva con un salto. El siguiente movimiento la deja sí paralizada: Helena tiene a Andros en sus brazos y la amenaza con su vida si no los deja escapar.
En la base se ha retomado el control y se busca inútilmente el origen de la filtración. El jefe de la operación limpieza certifica que nadie ha entrado contaminado. Asegura que el que ha introducido el veneno de los skrells lo ha hecho por propia voluntad.
En la familia Trevor suena el celular de Lyndsay que responde.
-Sólo quiero saber si ella está fuera del camino-pregunta en voz baja mientras busca un lugar seguro para hablar.
Del otro lado Helena le pregunta:
-Ciertamente quieres vengarte Lyndsay-
-No se trata de venganza, sino de Justicia- responde Lyndsay con una expresión de odio inusitada en su rostro.
-Pobre muchacha, no tiene la menor idea de que quiere sacarse de encima a la mismísima Mujer Maravilla. De todos modos no importa, nosotros la vamos a ayudar- comenta Helena después de cortar la línea.
Créditos
Próximo Episodio: SOLA.
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